jueves, 21 de junio de 2012

Cap# 43



(Narras tu)

Desperté con las caricias de Andy, el cual sonreía levemente mientras me observaba.
Apenas recuerdo algo de la noche pasada, solo que estoy completamente feliz y que me siento genial después de aquellas caricias.
Andy: Buenos días, conejita... -Susurró.
Yo: Andy... -Lo miré sonriendo levemente -Andy -Lo abracé fuertemente.
Andy: ¿Te duele la cabeza? -Rió suavemente.
Yo: No... -Sonreí y me coloqué encima de él.
Andy: Me alegro -Sonrió ampliamente mientras comenzaba a acariciarme la espalda.
Yo: ¿Qué ocurrió ayer?
Andy: Algo que no deberá repetirse jamás... -Su voz sonaba serena -Te lo prohibo.
Yo: ¿Me embriagué?
Andy: Bastante -Me miró a los ojos, su preciosos ojos me hicieron sentir pequeña.
Yo: Lo siento... estaba fatal...
Andy: ¿Qué te ocurría?
Yo: Bueno, tu no estabas y... era mi cumpleaños y nadie se acordó de mi... nadie...
Andy: Está claro que están enfadados contigo.
Yo: ¡Pero incluso tu! Te olvidaste de mi... -Desvié la mirada.
Andy agarró mi cintura y con un movimiento de caderas clavó su miembro en mi feminidad por encima de nuestra ropa interior, gemí.
Andy: Te equivocas... -Dijo con voz ronca de la excitación.
Yo lo miré a los ojos con la respiración agitada.
Andy cogió una cajita de debajo de su almohada.
Andy: Feliz cumpleaños, ______(tn)... -Dijo mientras la abría y me enseñaba su contenido.
Los ojos se me llenaron de lágrimas al ver una preciosa cadenita de oro blanco, de ella colgaba un colgante en el cual unas preciosas letras lucían el nombre de Andy.
Yo: Andy... -Sollocé.
Andy: Vamos, Conejita, no llores, mi amor -Se sentó en la cama y me abrazó más fuerte que nunca.
Yo: Andy... no sabes lo que esto significa para mi... eres el único que te has acordado de mi... y... allí me siento sola... muy sola... -Sollocé.
Andy: No me digas eso, conejita... me haces sentir mal... ahora no quiero que vuelvas a la mansión...
Yo: Debo irme... ya casi he terminado -Lo miré, Andy me secó las lágrimas con el dedo pulgar.
Andy: Bueno... pero quédate mucho más... por favor... ahora padre y madre estarán trabajando... -Dijo cogiendo el colgante de la cajita y colocándolo con torpeza, debido a que como se roía las uñas, no tenía.
Yo: De acuerdo... -Dije acercando mi cara a la suya, Andy juntó sus labios con los míos en un fervoroso beso.
Deslizó sus manos por mi espalda y se deshizo de mi brasier lentamente. Aún sin despegar sus labios de los míos, acarició uno de mis pechos con una suavidad parecida al contacto de una pluma. Levanté la cabeza y solté un pequeño gemido al sentir como el miembro de Andy se volvía a clavar en mi feminidad por encima de la ropa interior.
Andy lamió mis pechos lentamente mientras gruñía de excitación.
Me desprendí de nuestra ropa interior y Andy me tumbó en la cama, se colocó encima apoyado de manos y rodillas.

(Narro yo)

Andy te abrió más la piernas y cuando rozó la punta de su miembro con tu clítoris soltaste un gran gemido.
Tú: Hazlo de una vez... -Gemiste.
Volvió a torturarte pasando la punta de su miembro esta vez por toda tu humedad. Andy gimió junto a ella.
Tú: Por favor... Andy hazlo ya... por favor... -Gemiste mientras agarrabas las sábanas.
Entonces Andy te penetró lentamente, salió de ti rápidamente y te llenó con una fuerte embestida, Andy soltó un grito gutural de puro placer mientras que tu enroscaste tus piernas en torno a su cintura.
Aumentó el ritmo de una manera considerable, echaste la cabeza hacia atrás mientras sentías como llegabas al orgasmo y como pudiste sentir dentro de ti, Andy también lo había hecho, pero no paró. Sino que te cogió aún dentro de ti y te pegó a la pared con rudeza aunque sin lastimarte, te agarró del trasero y te penetró con más fuerza, tu clavaste las uñas en su espalda y él mordió con suavidad tu hombro mientras reducía el ritmo y juntaba sus labios con los tuyos en un beso dulce y no tan violento como lo parecía aquella escena.
Te volvió a tender en la cama mientras que él se quedaba de pie frente a ti, comenzó a embestirte de nuevo con fuerza y rapidez. Sentiste como el colgante que te había regalado Andy acariciaba tu escote y viste como el músculo del brazo de Andy, junto donde tenía el tatuaje de “the mortician daughter” se relajaba y se contraía con cada embestida y cada vez que acariciaba tus pechos. Echando la cabeza hacia atrás, agarraste las sábanas con fuerza y llegaste al clímax junto a Andy, el cual clavó las yemas de sus dedos en tu cintura y salió de ti lentamente.
Lo miraste, estaba de pié con los ojos cerrados enfrente de ti, su respiración era agitada, una sonrisa apareció por su rostro cuando abrió los ojos y te miró. Aquellos preciosos, brillantes y azules ojos se clavaron en tu cuerpo, haciéndote arder de nuevo.
Andy: Buen trabajo... -Se tumbó a tu lado y te abrazó.
Tú: Te amo... -Te acurrucaste en su pecho.
Andy: Yo aún más -Sonrió y me besó la frente.
Tú: Quiero tener un hijo tuyo...
Andy se atragantó con su propia saliva.
Reíste a carcajadas.
Tú: Sabía que tendrías esa reacción, ¡era coña! -Sonreíste.
Andy: ¡¡Eres malvadaaaaaa!! -Se tumbó encima de ti y te acribilló a besos.

1 comentario: