(Narras
tu)
Desperté
con las caricias de Andy, el cual sonreía levemente mientras me
observaba.
Apenas
recuerdo algo de la noche pasada, solo que estoy completamente feliz
y que me siento genial después de aquellas caricias.
Andy:
Buenos días, conejita... -Susurró.
Yo:
Andy... -Lo miré sonriendo levemente -Andy -Lo abracé fuertemente.
Andy:
¿Te duele la cabeza? -Rió suavemente.
Yo:
No... -Sonreí y me coloqué encima de él.
Andy:
Me alegro -Sonrió ampliamente mientras comenzaba a acariciarme la
espalda.
Yo:
¿Qué ocurrió ayer?
Andy:
Algo que no deberá repetirse jamás... -Su voz sonaba serena -Te lo
prohibo.
Yo:
¿Me embriagué?
Andy:
Bastante -Me miró a los ojos, su preciosos ojos me hicieron sentir
pequeña.
Yo:
Lo siento... estaba fatal...
Andy:
¿Qué te ocurría?
Yo:
Bueno, tu no estabas y... era mi cumpleaños y nadie se acordó de
mi... nadie...
Andy:
Está claro que están enfadados contigo.
Yo:
¡Pero incluso tu! Te olvidaste de mi... -Desvié la mirada.
Andy
agarró mi cintura y con un movimiento de caderas clavó su miembro
en mi feminidad por encima de nuestra ropa interior, gemí.
Andy:
Te equivocas... -Dijo con voz ronca de la excitación.
Yo
lo miré a los ojos con la respiración agitada.
Andy
cogió una cajita de debajo de su almohada.
Andy:
Feliz cumpleaños, ______(tn)... -Dijo mientras la abría y me
enseñaba su contenido.
Los
ojos se me llenaron de lágrimas al ver una preciosa cadenita de oro
blanco, de ella colgaba un colgante en el cual unas preciosas letras
lucían el nombre de Andy.
Yo:
Andy... -Sollocé.
Andy:
Vamos, Conejita, no llores, mi amor -Se sentó en la cama y me abrazó
más fuerte que nunca.
Yo:
Andy... no sabes lo que esto significa para mi... eres el único que
te has acordado de mi... y... allí me siento sola... muy sola...
-Sollocé.
Andy:
No me digas eso, conejita... me haces sentir mal... ahora no quiero
que vuelvas a la mansión...
Yo:
Debo irme... ya casi he terminado -Lo miré, Andy me secó las
lágrimas con el dedo pulgar.
Andy:
Bueno... pero quédate mucho más... por favor... ahora padre y madre
estarán trabajando... -Dijo cogiendo el colgante de la cajita y
colocándolo con torpeza, debido a que como se roía las uñas, no
tenía.
Yo:
De acuerdo... -Dije acercando mi cara a la suya, Andy juntó sus
labios con los míos en un fervoroso beso.
Deslizó
sus manos por mi espalda y se deshizo de mi brasier lentamente. Aún
sin despegar sus labios de los míos, acarició uno de mis pechos con
una suavidad parecida al contacto de una pluma. Levanté la cabeza y
solté un pequeño gemido al sentir como el miembro de Andy se volvía
a clavar en mi feminidad por encima de la ropa interior.
Andy
lamió mis pechos lentamente mientras gruñía de excitación.
Me
desprendí de nuestra ropa interior y Andy me tumbó en la cama, se
colocó encima apoyado de manos y rodillas.
(Narro
yo)
Andy
te abrió más la piernas y cuando rozó la punta de su miembro con
tu clítoris soltaste un gran gemido.
Tú:
Hazlo de una vez... -Gemiste.
Volvió
a torturarte pasando la punta de su miembro esta vez por toda tu
humedad. Andy gimió junto a ella.
Tú:
Por favor... Andy hazlo ya... por favor... -Gemiste mientras
agarrabas las sábanas.
Entonces
Andy te penetró lentamente, salió de ti rápidamente y te llenó
con una fuerte embestida, Andy soltó un grito gutural de puro placer
mientras que tu enroscaste tus piernas en torno a su cintura.
Aumentó
el ritmo de una manera considerable, echaste la cabeza hacia atrás
mientras sentías como llegabas al orgasmo y como pudiste sentir
dentro de ti, Andy también lo había hecho, pero no paró. Sino que
te cogió aún dentro de ti y te pegó a la pared con rudeza aunque
sin lastimarte, te agarró del trasero y te penetró con más fuerza,
tu clavaste las uñas en su espalda y él mordió con suavidad tu
hombro mientras reducía el ritmo y juntaba sus labios con los tuyos
en un beso dulce y no tan violento como lo parecía aquella escena.
Te
volvió a tender en la cama mientras que él se quedaba de pie frente
a ti, comenzó a embestirte de nuevo con fuerza y rapidez. Sentiste
como el colgante que te había regalado Andy acariciaba tu escote y
viste como el músculo del brazo de Andy, junto donde tenía el
tatuaje de “the mortician daughter” se relajaba y se contraía
con cada embestida y cada vez que acariciaba tus pechos. Echando la
cabeza hacia atrás, agarraste las sábanas con fuerza y llegaste al
clímax junto a Andy, el cual clavó las yemas de sus dedos en tu
cintura y salió de ti lentamente.
Lo
miraste, estaba de pié con los ojos cerrados enfrente de ti, su
respiración era agitada, una sonrisa apareció por su rostro cuando
abrió los ojos y te miró. Aquellos preciosos, brillantes y azules
ojos se clavaron en tu cuerpo, haciéndote arder de nuevo.
Andy:
Buen trabajo... -Se tumbó a tu lado y te abrazó.
Tú:
Te amo... -Te acurrucaste en su pecho.
Andy:
Yo aún más -Sonrió y me besó la frente.
Tú:
Quiero tener un hijo tuyo...
Andy
se atragantó con su propia saliva.
Reíste
a carcajadas.
Tú:
Sabía que tendrías esa reacción, ¡era coña! -Sonreíste.
Andy:
¡¡Eres malvadaaaaaa!! -Se tumbó encima de ti y te acribilló a
besos.
si creo que haya hijo jajaja ^^
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